Hoy leyendo la columna de H. Verbitzky encontré la frase que da título a ésta entrada. "Ya vendrá otro". Fue dicha por la madre de Néstor Kirchner. Ahora se entiende quien parió a éste tipo distinto, una mujer distinta.
¿Entonces, qué hacemos mientras tanto? ¿Nos ponemos providenciales, mirando al cielo y a las salas de parto para ver cuando nace ese otro?
Durante ese lapso, los comunes, nosotros, debemos profundizar nuestra pertenencia, no sólo al kirchnerismo, sino al proyecto nacional.
Ese proyecto que obliga a pensar cómo desarrollamos el pais, alcanzamos el pleno empleo, eliminamos la indigencia, reducimos contra la pobreza, hacemos crecer la educación de los habitantes, qué tipo de escuelas y maestros queremos, y cómo lo logramos; y cómo mejoramos las universidades, la investigación cientifica, y la seguridad jurídica para todos, no sólo la policial.
Tambien obliga a pensar en los ancianos, en su salud y en sus ingresos, y qué hacemos con los recursos naturales y con el medio ambiente.
Obliga a diseñar una salud pública, igualitaria y de calidad en todo el pais. Y pensar los medios de transporte, y los caminos, y los trenes, las comunicaciones y las nuevas tecnologías, y cómo hacer para que todos accedan a ellas.
Y obliga a pensar la patria grande, a continuar el UNASUR, y mejorar el Mercosur, y pensar cómo hacemos para que latinoamérica sea el continente de paz y properidad que todos deseamos.
En todo eso debemos gastar el tiempo mientras ocurre el presagio de María OSTOIC.
Hacerle la vida mas fácil a quien lidere el Proyecto Nacional es una tarea previa a su llegada y depende de todos.
Eso es lo que podemos hacer. No se olviden que del otro lado no descansan nunca.
Esto es kirchnerismo, ésto es lo que le debemos a Néstor Kirchner.