Entonces, qué quieren?

Acabo de leer varias columnas políticas. Nuevas y viejas.
Muchas giran alrededor de la la Ley de Servicios Audiovisuales (SAV).
La cuestión de la oportunidad y el estado de sospecha apareció entre las ideas fuerza del reportaje.

Allí entendí que algunos cuestionan a quién impulsa y en qué momento se impulsa una política determinada y ello invalida la legitimidad de la misma.
Lo hacen sin reflexionar que el "estado de sospecha" de una persona o grupo político puede ser instalado a partir del interés de aquellos que quieren treciar en el debate de esas políticas.
Sea la ley SAV, la Ley de Jubilación de Reparto, la designación de la Corte Suprema de Justicia, la Reforma a la Ley de Educación, nunca es el momento adecuado, siempre hay temas mas urgentes.

La política ha vuelto a la realidad nacional, y esperemos que para siempre, de la mano de éste gobierno, el CFK.
Ni siquiera volvió de la mano de NK, que generó condiciones irrepetibles para que éllo ocurriera.
La presidente hace política local o internacionalmente, expone sus ideas, plantea debates profundos o no, confronta abiertamente y mucho mas lealmente que quienes se le enfrentan.
Así y todo hay tipos que se permiten hablar de oportunidades, tiempos y estados de sospecha.
Lo hacen sin aprender de lo escrito en otra columna: "...nadie aprende sin obrar ni actúa sin equivocarse, y que suelen enseñar más los reveses que los triunfos."

Entonces que quieren?

Ley de Medios Audiovisulaes

Creen que son graciosos. Se convencen de su propia inteligencia. Mal esconden su arrogancia. Se adjudican ser la patria, ser la gente, ser el promedio. Quieren contarnos sus intereses como si fuera la única realidad. Se Esconden y se ocultan de las insitituciones del estado. Cuantas cosas mas deberemos escuchar, ver, padecer hasta entender que son oscuros, malintencionados y nada simpáticos. Que su arrogancia es una muestra mas de su ignorancia y falta de grandeza. Que son estupidos, sólo les interesa acumular poder, a veces ni siquiera dinero. Les parece bien determinar la agenda de los gobiernos. Sus agendas nunca coinciden con las del pueblo. Pero le seguimos comprando el papel, consumimos sus pantallas y sus audios como si fuera un revelación divina.
Hasta cuando los vamos a seguir alimentando.-